viernes, 15 de junio de 2012

Historia del Obelisco de Buenos Aires

Como símbolo, recordando a aquel precario y grueso madero sobre el cual juró apoyando su espada Don Pedro de Mendoza en 1536. Un 23 Mayo de 1936 se inaugura el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires. El Obelisco de Buenos Aires es un monumento considerado, un ícono de la ciudad. Está emplazado en la Plaza de la República, en la intersección de las avenidas Corrientes y 9 de Julio. Fue declarado Monumento Histórico Nacional (Los Monumentos Históricos Nacionales de Argentina son una serie de realizaciones arquitectónicas, lugares u obras que por su interés y valor gozan de una protección jurídica específica recogida en la Ley para su preservación, enriquecimiento y exhibición). El Obelisco nació como un monumento conmemorativo al 400º Aniversario de la Fundación de Santa María del Buen Aire (primera fundación de la ciudad de Buenos Aires, fundada por Don Pedro de Mendoza). Fue el homenaje de Buenos Aires al Cuarto Centenario de su Primera Fundación y representaba el espíritu progresista de una época. En el solar donde hoy se encuentra el Obelisco estaba emplazada anteriormente la iglesia dedicada a San Nicolás de Bari, que se decidió demoler para la construcción de la Avenida 9 de julio Fue emplazado en el sitio exacto donde flameó por primera vez en la ciudad la Bandera Nacional sobre la torre de la iglesia de San Nicolás de Bari, el 23 de agosto de 1812. Dicha circunstancia se recuerda en una de las inscripciones del lado norte del Obelisco. En 1936, las cuadrillas municipales ya habían abierto un gigantesco hueco en pleno Buenos Aires por donde pasaría la avenida 9 de Julio, "la más ancha del mundo". En el medio de ese claro que había dado por tierra con viejos cafetines y teatros de varieté, en el cruce con la avenida Corrientes, se construyó la Plaza de la República. Y allí, como un gran mojón que cortaba a Corrientes, que ya había dejado de ser angosta, se levantó el Obelisco. Por entonces, el intendente era Mariano de Vedia y Mitre, a la vez que ejercía la Presidencia de la República el General Agustín P. Justo. Lo diseñó el arquitecto Alberto Prebisch y lo construyó la empresa G.E.O.P.E.-Siemens Bawnion-Green and Bilfinger en el tiempo récord de cuatro semanas, debiendo salvar las dificultades que significaban los túneles del subterráneo mediante la construcción de bóvedas en su fundamento. Pudo hacerse rápidamente porque se utilizó cemento Incor de endurecimiento rápido. Se fue construyendo por secciones de dos metros para facilitar el volcado del hormigón. Posee la altura máxima permitida de acuerdo a la línea de edificación de la avenida Roque Sáenz Peña (Diagonal Norte): 67,5 m de alto, discriminados del siguiente modo: 63 m hasta la iniciación del ápice, que es de 3,5 m por 3,5 m. La punta es roma; mide 40 cm. en su parte interna, hay una roldana que permitiría izar algún bulto por el agujero central de las losas. Culmina en un pararrayos que no logra verse por la altura, cuyos cables corren por el interior del Obelisco. El Obelisco que pesa 170 toneladas, costó 200 mil pesos moneda nacional. Se decía que el bloque radical de las cámaras presentaría un proyecto para que en ese lugar se erigiera el monumento a Hipólito Yrigoyen. Pero, en 1936, el intendente Mariano de Vedia y Mitre, nombrado en la presidencia de Agustín Pedro Justo, de manera apresurada y en contra de las opiniones, encarga al arquitecto Alberto Prebisch la construcción de un obelisco, la cual, sin mucha planificación, se realizó en sesenta días; antes que los porteños reaccionaran, éste ya estaba construido, la obra comenzó el 20 de marzo de 1936 y fue inaugurada el 23 de mayo de ese año, a las 3 de la tarde. Alberto Prebisch es uno de los principales arquitectos del modernismo argentino y autor también del vecino Teatro Gran Rex. Con respecto al motivo de la forma del monumento Prebisch dijo: “Se adoptó esta simple y honesta forma geométrica porque es la forma de los obeliscos tradicionales... Se le llamó Obelisco porque había que llamarlo de alguna manera. Yo reivindico para mi el derecho de llamarle de un modo más general y genérico «Monumento»”. La empresa Siemens Bauunion - Grün & Bilfinger, finalizó la obra en el tiempo récord de 31 días, para la que empleó a 157 obreros. Maximizando el aprovechamiento del tiempo se utilizó cemento Incor de endurecimiento rápido y se fue construyendo el monumento por secciones de 2 metros para facilitar el volcado del hormigón. Para su construcción, que costó 200.000 pesos moneda nacional, se utilizaron 680 m³ de cemento y 1360 m² de piedra blanca Olaen de Córdoba. El tendido de la línea B de subterráneos favoreció la construcción del monumento, pues facilitó la colocación de los cimientos sobre los túneles formándose la base de hormigón de 20 m de lado y 1,50 m de altura sobre vigas de 1,80 m de alto que se apoyan en los costados sobre zapatas del mismo material de 1,20 m de alto y de 3 m y 4 m de largo respectivamente. La losa plana del techo del túnel del subte permite el paso de la losa de fundación del obelisco. Durante la obra, el obrero italiano José Cosentino cayó en una de las bóvedas del cimiento y murió. Tiene 67 m. de alto y en cada una de su caras (tiene cuatro) tiene grabados los mas destacados hechos históricos de la ciudad. Sólo se llega a la cúspide subiendo una escalera con 206 escalones y 7 descansos cada 8 m y uno a 6 m.2. de ascenso y culmina en un pararrayos que no logra verse por la altura, cuyos cables corren por el interior del Obelisco. La base tiene 6,80 m de lado. Tiene una sola puerta de entrada (en el lado oeste) y en su cúspide hay cuatro ventanas, con persianas metálicas, En la noche del 20 al 21 de junio de 1938, al día siguiente de haberse realizado en el lugar un acto público con la presencia del presidente Ortiz, se produjeron algunos desprendimientos del revestimiento de piedra que destruyeron las gradas donde el día anterior se agrupaban los abanderados de colegios primarios y secundarios de la ciudad durante el acto. Para terminar con el peligro de que nuevas placas de piedra pudiesen caerse, fueron reemplazadas por revoque de cemento en el que se imitó el dibujo de las lajas, que fue pintado con 620 litros de látex. Al quitarse las lajas no se tuvo en cuenta que se retiró una leyenda que decía «Alberto Prebisch fue su arquitecto». En 1938, el presidente Roberto M. Ortiz y designa, como nuevo Intendente de la ciudad a Arturo Goyeneche y el Concejo Deliberante, por Ordenanza Nº 10.251, de junio de 1939, se sanciona la demolición del Obelisco, aduciendo razones económicas, estéticas y de seguridad pública. Pero el Poder ejecutivo municipal veta la ordenanza, caracterizándola como un acto carente de valor y contenido jurídico, ya que altera el estado de cosas emanado del Poder Ejecutivo, y que se trataba de un monumento bajo jurisdicción y custodia de la Nación, a cuyo patrimonio pertenece. La estructura del mismo, basada en la estética racionalista, generó más de una polémica entre los partidarios de la renovación de la ciudad y los sectores más tradicionalistas. Actualmente ya se lo considera como un ícono de la ciudad. El Obelisco es frecuentemente utilizado como punto de reunión de diversas manifestaciones, las que abarcan también las avenidas 9 de julio y Corrientes que lo rodean, hecho similar al que ocurre en Plaza de Mayo. El obelisco fue escenario de numerosas anécdotas y hechos insólitos. En 1939 alguien colocó en la cima de la estructura una bandera argentina. Pocos meses después, un joven amenazó con arrojarse al vacío si no se le conseguía un trabajo. En varias oportunidades se aprovechó la enorme estructura de distintas maneras: en 1973 se lo decoró como árbol de Navidad. En 1975 se colocó un anillo giratorio en el cuarto inferior de su altura, con las inscripciones «El silencio es salud» y «Mantenga limpia Buenos Aires». En 1987 se rodeó al obelisco con una reja para impedir las inscripciones en sus paredes. En 1998, activistas de Greenpeace violaron el acceso y desplegaron desde la punta un cartel con la leyenda «Salven el clima». Ente todas las muchas intervenciones, la más polémica fue cuando el primero de diciembre de 2005 apareció completamente cubierto por un condón gigantesco de color rosado, en conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. El 20 de septiembre de 2007, conmemorando los 150 años de las relaciones bilaterales entre Argentina y Alemania, el obelisco amaneció cubierto con una tela de 60 m² con los colores de las banderas de esos países. Además se ajustó un nuevo sistema complementario de iluminación que fue donado por la embajada de Alemania y empresas de ese país (Allianz, Osram y Siemens) que apoyaron la celebración. www.cienaniosdeturismo.gov.ar Dir.: Suipacha 1111 piso 14 Tel.: 4312-5621 al 24 int.:2106

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