El matrimonio que regenta el establecimiento, que afirma ser cristiano devoto, criticó la sentencia porque afecta a la postura de ser consecuentes con su fe.
Maryn Hall y su pareja, Steven Preddy, demandaron al matrimonio propietario de un hotel en la localidad  de Marazion, Cornualles por el rechazo y discriminación que sufrieron  al intentar hospedarse en su hotel. Por su parte Peter y Hazer Bull, los  hoteleros, dicen que a consecuencia de su fe niegan las habitaciones de ese tipo a todas las parejas, incluidas las heterosexuales, que no estén casadas ya que se oponen a las relaciones sexuales antes del matrimonio.  
La pareja afectada manifestó sentirse encantada con el veredicto del tribunal: "Llevábamos casi dos años y medio peleando este caso", dijo Preddy, a lo que agregó: "Hemos estado mientras tanto en lugares de los que uno podría pensar que son mucho más tradicionales y religiosos, como las islas Hébridas o el norte de Gales, y no tuvimos problemas para que nos dieran una cama de matrimonio".  
Por  su parte, Andrew Rutheford, juez del caso, agregó al pronunciar su  veredicto que la sociedad británica ha evolucionado mucho en los últimos  cincuenta años: durante ese tiempo se ha abolido la pena capital, los  castigos corporales en las escuelas, la despenalización de la  homosexualidad y el suicidio, la prohibición de la caza del zorro y la  de fumar en lugares públicos. Este veredicto es uno de los primeros en  basarse en la ley de sobre igualdad promulgada en 2007 que protege a aquellas parejas que han contraído una unión civil.  Entre otros ámbitos, por esta ley, en los hoteles de Reino Unido no se  puede discriminar por raza, religión u orientación sexual aunque,  paradójicamente, sí se puede negar una cama de matrimonio a parejas no  casadas, lo que no ocurría en el caso de Hall y Preddy.
 
 

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